Recuerdo el olor a boniato en la cocina, la cara cortada y el frío en las mejillas. Recuerdo esos gorros de lana que picaban y las colas en las paradas de castañas. Castañas en papeles de periódicos que las manos ansiaban en un tiempo donde el otoño empezaba antes y el frío cortaba la cara. Si cierro los ojos, casi puedo sentir el calor del cucurucho entre mis manos y el sabor de las castañas asadas. Si cierro los ojos. El dulzor del boniato caliente y ese calor de hogar al que vuelvo cuando los días se vuelven más oscuros.
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Otoño es mi estación favorita. Es una estación de entre tiempos, de promesas. También es la estación en qué nací y va ligada a velas sopladas y celebraciones.
Este cake lo aprendí junto a Betina Montagne en Espai Sucre. A Betina le tengo un amor infinito. Es un ser con luz propia y sus recetas son perfectas. Los cakes me encantan, los encuentro ideales y este en concreto me gusta en especial por utilizar el boniato como ingrediente base. Los cakes con verduras los encuentro super interesantes. Es una forma natural de utilizar el azúcar de la fruta o verdura para endulzar. Y además es un ingrediente claramente de temporada. Yo utilicé los que sobraron de la castañada en casa con lo que además ha sido un postre completamente de aprovechamiento.
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Su formato original era rectangular. En un molde tipo loaf cake. Yo lo he hecho redondo, de 18 cm y con dos capas, pero en formato loaf cake está ideal. La trufa es brutal, no miento. La vas a poder utilizar para cualquier postre o para comer tal cual en unos vasitos y tarrinas. Y si no te apetece, simplemente no le añadas. Tampoco lo necesita. Es un cake húmedo y super aromático. Delicioso y sorprendente.
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Vaya, que no te lo vas a querer perder. ¿Quieres ver la receta?
Ingredientes para el cake:
- 450g de boniato cocido (yo lo hago al horno, envuelto con aluminio a 250º durante una horita)
- 195 g de harina floja
- 150 g de aceite vegetal
- 5 g de levadura
- 5 g de bicarbonato de sodio
- 4 g de canela molida
- 1,5 g de sal
- 100 g de azúcar moreno
- 100 g de azúcar blanco
- 120g de huevo
- 100g de arándanos (también grosellas, higos…)
- La ralladura de una mandarina
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Elaboración:
Precalentamos el horno a 180º. Preparamos nuestros moldes engrasandolos con spray antiadherente o pintados con mantequilla blanda con la ayuda de un pincel. Yo hice dos moldes de 18cm de diámetro. Puedes utilizar también un loaf cake rectangular o lo que más te apetezca.
En un bol, tamizamos la harina junto a las especias, el bicarbonato, la ralladura de mandarina, la sal y la levadura.
Aparte, batimos bien el aceite con los dos azúcares en la amasadora. Añadimos los huevos uno a uno, subiendo la velocidad cada vez que añadimos uno para que se integre bien.
Añadimos el boniato chafado y a cucharadas, no de una vez.
Finalmente añadimos la mezcla de harina en 3 veces.
Dividimos la masa entre los moldes, llenando a tres cuartos de altura del molde.
Horneamos unos 30 minutos o hasta que al pinchar con un palillo salga limpio y dejamos enfríar sobre una rejilla.
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Ingredientes para la trufa:
- 1 litro de nata para montar bien fría
- 180g de azúcar blanco
- 250g gramos de chocolate de más del 50% de cacao (yo utilizo Guanaja al 70% de Valhrona)
Elaboración:
Deshacemos al microondas el chocolate poco a poco. De 15 en 15 segundos. Al principio sin remover hasta que alcance unos 45-50g de temperatura idealmente.
En la batidora y con las varillas montamos la nata. Añadimos el azúcar en tres veces. Cuando empieza a espumar. Cuando empieza a montar y al final.
Añadimos el chocolate deshecho con la ayuda de una espátula de silicona con cuidado para no bajar la nata. De forma envolvente pero con decisión, asegurándonos que no quede en el centro.
Montamos el cake intercalando las capas con la trufa montada. Puede ser con la ayuda de una manga como hice yo o con una simple espátula. Se aconseja disfrutar sin remordimientos. Como los niños. Buen provecho!
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