Tarta cheesecake con frutos rojos, para fundirse en la boca

El sol aún acompaña pero empieza a volverse más tenue, suave, despidiéndose del verano y dejando paso cada vez más al otoño. Estación de los colores, del recogimiento. La luz se transforma en la planta de abajo. Ella sigue descalza. Pensativa. Una maceta vacía cuelga al lado del ordenador. La mesa es blanca. Las paredes blancas. Es su rincón preferido de la casa. A su izquierda, si se gira, ve las plantas del patio asomarse con su verde descarado. Incluso cuando el frío hace presencia le gusta refugiarse allí. La lluvia salpica en las ventanas y dentro todo recuerda a hogar.

Átras quedaron el horizonte infinito de azules, verdes y amarillos de las tierras Escocesas. Las escasas vacaciones. La rutina vuelve con toda su intensidad. Le cuesta entender por qué llama rutina a una dinámica desenfrenada que la enferma y le pide a gritos parar. Dentro en la nevera, un cheesecake. Suave, ligero, sin pretensiones. La galleta salada cruje entre sus labios. Desconectar.

El mundo de los cheesecakes es infinito. Hay más vida detrás del New York cheesecake, créeme. Si te das una vuelta por el blog encontrarás cheesecake con mango, con queso mató, de limón, de árandanos, con coco…Es un postre que me encanta y el preferido de mi hijo.

La receta de hoy es una receta especialmente buena. No es pesada. Se funde en la boca. Cruje. La encuentro perfecta como postre para una comida. Ya sea con amigos o en família.

Septiembre invita a encender hornos y yo te invito a hacerlo con este cheesecake.

 

Útensilios:

Un molde para tarta de 20cm (mejor si es perforada) o un aro

Papel de cocina

Amasadora con pala y con alambres

Espátulas y boles

Papel de hornear u hojas de guitarra para estirar la masa

Papel de hornear o tapete de silicona para el horneado (mejor si es perforado)

Bandeja de hornear

Bolas de cerámica o garbanzos crudos

Dificultad: 

Fácil

Ingredientes para la masa:

200g galletas crackers o tuc

150g de mantequilla pomada (que se pueda batir)

100g de azúcar blanco

50g de harina floja

30g de agua

Elaboración de la masa:

Trituramos la masa en un procesador de alimentos hasta que tenga la textura de polvo. Mezclamos en la amasadora con la pala junto a la mantequilla que previamente hemos pomado con un golpe de microondas. Añadimos el azúcar, la harina y el agua. Extendemos la masa entre dos hojas de papel u hojas de guitarra hasta conseguir un grosor de 1mm aproximadamente. Congelamos la masa o la enfríamos en la nevera un par de horas. También si no queremos un resultado tan acurado, poner directamente la masa en el molde previamente untado con mantequilla y extenderla con las manos o una ayuda de cocina.

Si la congelamos, aprovechamos para precalentar el horno a 180º y preparar el relleno. Una vez la masa fría o congelada, la troquelamos. Es decir la recortamos a la medida del molde untado con mantequilla. Primero hacemos la base con un cuchillo y luego las paredes haciendo tiras. Idealmente una, pero no siempre es posible. Ponemos la base y luego las paredes. Juntamos las paredes con la base con las manos. También como os comenté podéis simplemente extender la masa sin congelar con las manos o una cuchara en el molde untado con mantequilla. Yo os explico simplemente como hacerlo para que quede más bonita. Veréis que la textura de la masa no permite enrollarla con el rodillo para colocarla en el molde. Está técnica la dejamos para otros tipos de masa.

Rellenamos el molde con bolas de cerámica o con garbanzos crudos para hacer de peso. Horneamos unos 10 minutos. Es posible que las paredes se bajen. Cuando lleve 5 minutos, echa un vistazo y sube las paredes si es necesario. Dejamos enfriar.

Ingredientes para el relleno:

500g de queso Philadelphia

160g de azúcar

2 huevos

1 ralladura de limón

100g de mantequilla fundida a más de 35º

60g de harina floja

Frutos rojos para decorar

Bajamos el horno a 160º. Separamos las yemas de las claras. Fundimos la mantequilla. Mezclamos en un bol grande el queso con las yemas, la mitada del azúcar y el limón. En la amasadora, con los alambres, montamos la clara. Le vamos añadiendo en tres veces el resto del azúcar.

Añadimos un tercio de la clara montada a la mezcla de queso suavemente. Y después el resto. Finalmente añadimos la mantequilla en tres veces. Mezclamos bien con la espátula.

Vertemos sobre el molde y horneamos a 160º entre 20 y 30 minutos. Veréis que está hecha cuando los lados estén cuaquajados pero el centro aún blando. Si se hacen fisuras es que lo hemos dejado demasiado tiempo.

Dejamos enfriar sobre una rejilla y luego en la nevera. Una vez fría la decoramos con los frutos rojos a vuestro gusto. Y a disfrutar!

 

 

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pastelera y coach emocional.

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