Ya no me podrá explicar más cuentos para dormirme. Ni tampoco bajaré las sábanas de su cama con los pies. Mi tio Manel se fue.
Y con él parte de mi infancia. La que pasaba por las calles de Bon Pastor, barrio de casas obreras, cuando mis padres trabajaban los fines de semana y me quedaba a dormir en su casa con él y mi tía Germinal.
Tardes de sábado frente a la tele comiendo fuet, de mañana de croissanes y ropa caliente delante de la estufa.
Generación luchadora, supervivientes de una guerra, una posguerra y un presente donde la familia lo era todo.
Tomé las fotos con el golpe de la noticia y con desgana.
Los cupcakes para una fiesta en la empresa se me antojaban surrealistas. Luego pensé en dedicárselas a él. A mi tío Manel y a esas tardes de sábado jugando en las calles de Bon Pastor.
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¡Hola guapa!, siento lo de tu tío Manel.
La receta buenísima, le hubiera gustado este pequeño homenaje.
Un besazo
Marialuisa
Gracias guapa. Es una receta sencilla y una manera distinta de presentar una crema. Un beso
Uf! Qué tentación de receta! Me gusta la estructura de tu blog, así que me quedo de seguidora y me llevo un cupcake a:
http://unangelenmicocina.blogspot.com.es
Besos.
Mil gracias por tu comentario. No sabes cómo me alegra que te guste el blog, porque lo quiero mucho pero el pobre padece de mi falta de tiempo. Espero que pruebes estos cupcakes o cualquiera de mis otras recetas. Ya me he pasado por tu blog, he visto unos donuts…mmmm Un abrazo
siempre te quedaran esos maravillosos recuerdos de la infancia, una dedicatoria preciosa! y los cupcakes insuperables, bicos
Pues sí Viví, esto por suerte nadie nos lo puede quitar. Gracias por tu comentario preciosa. Un besito
Siempre quedan los maravillosos recuerdos!
Te han quedado unos cupcakes de lo más apetecibles!!!Como me gusta la crema catalana, haber si me animo a prepararlos después de veranito.
La foto de las manitas con el cupcake es preciosa!!!
Un besote!
Gracias guapa! Tengo que probar tu batido, pinta de maravilla. Un beso