Ella. Ella. Ella estaba sola. No sabía en qué momento había hecho el click. La conexión. Pero en el momento en qué ocurrió todo se iluminó. Y ahora allí estaba, sentada. Las piernas descubiertas abrazando el verano. El tiempo por delante y sin embargo, con mucho por hacer. Pero era ella, ella y su parfait de vainilla. Parfait. Sí, perfecto. Aunque no hubiera sido tan perfecto hasta entonces. Aunque hubiera necesita lustros para entender que tenía que saltar,dejarse caer. Ser ella. Y ahora en su pequeño apartamento, rodeada de la luz de la que ya nunca más se podía apartar, abrazaba el verano. Lo abrazaba mientras su cabeza sólo tenía que concentrarse en el movimiento de la cuchara y el movimiento de su paladar.

Volvemos a la carga. Nueva receta y no me he podido resistir tenía que ser helado. O más correctamente parfait de vainilla. En realidad no es helado técnicamente. Es un postre que se sirve frío y que se caracteriza por su textura. Se mezcla con otros ingredientes y el resultado es simplemente espectacular. Normalmente se presenta en barra. Sí, sí como las barras de helado que comíamos de pequeños entre dos galletas. Con razón a la protagonista del relato de hoy no le hace nada más que ella y su parfait.

Es fácil de preparar en casa, no necesita heladera y puede ser de muchos sabores. Hoy os presento uno básico, el de vainilla, porque es el más versátil. Pero si os gusta mi propuesta de hoy, os puedo mostrar más. A este le he añadido un crumble de chocolate y mermelada de fresa casera. La receta base de la mermelada la podeís encontrar aquí.

Nuestra ella de hoy, podría ser cualquiera de nosotras. Abocadas a hacer, hacer, hacer. Aunque en el estómago se nos remuevan las tripas y nuestra cabeza nos diga que eso no es lo que queremos. Nos vemos justificándonos constantemente ante situaciones y personas de las que hace tiempo deberíamos habernos alejado. Pero acostumbradas a hacer, a hacer vamos tirando. Siguiendo el camino que se nos trazó. Y ahí se quedan nuestros sueños, nuestro sentido común. En la cuneta. Ese que nos dice que no es eso lo que queremos.

Pero si algo de bueno ha tenido esta crisis, es que nos ha obligado a buscar soluciones. Y las mujeres han recuperado parte de su poder al convertir sus hobbies en negocio que les permiten a pesar de muchas horas de esfuerzo combinar mejor su maternidad. Y el fin de semana pasado lo comprobé en la Jornada TCA de The Craft Academy. Donde se reunieron un centenar de mujeres hambrientas por cumplir su sueño y llenas de talento.

Pero de esto ya os hablaré en otro momento. Ahora vamos a por la receta.

Ingredientes para el parfait:

145g de yemas de huevo

160g de azúcar

75g de agua

1 vaina de vainilla

375 de nata semi montada

Semi montamos la nata sólo hasta que se marquen las varillas. En la batidora montamos las yemas pero no excesivamente. Abrimos la vaina de vainilla a lo largo y rascamos las semillas. Vertemos las semillas y la vaina en un cazo junto el agua y el azúcar. Hervimos hasta que alcance 118º.  Vertemos en forma de hilo sobre las yemas sin dejar de montar. Hasta que el bol se enfríe. Mezclamos con la nata y vertemos en un recipiento de plástico. Congelamos.

Ingredientes para el crumble de chocolate:

120g de mantequilla (fría y cortada en daditos)

170g de harina floja

100g de azúcar

50g de cacao en polvo

Ponemos todos los ingredientes en la batidora con las varillas a velocidad media/baja. Excepto la mantequilla que la vamos añadiendo poquito a poco. Tenemos que obtener piedras de la medida que deseemos. En ese momento tenemos que parar la máquina o se empieza a hacer pasta. Guardamos en la nevera.

Para el montaje del postre. Intercalamos crumble con mermelada de fresas y el parfait. Y a pecar.