Galletas sablés de higos secos

La conoció en la fiesta de una amiga y enseguida se sintió atraído por el olor de su pelo y sus manos. Nunca la había visto antes pero ejerció en él un magnetismo inmediato. No sabía muy bien por qué hasta que llegó a casa y su olor le recordó las especies de su cocina y los botes de higos secos en su repisa. Su olor le recordó las charlas en la sobremesa de su infancia y la armonía de sus manos las de su abuela cuando amasaba galletas en la cocina mientras él observaba en silencio con un chocolate caliente. Adrián se permitió imaginársela de pie en su cocina preparando unos sablés de higos, el pelo enredado, el delantal con las manchas de su propias guerras.Y ya no se imaginó la vida sin ella.

Sablés de hijos

Sin embargo no la buscó, no preguntó quién era esa chica con la que apenas había cruzado cuatro palabras. No sería hasta mucho más tarde que sus vidas se cruzarían en otro contexto, en otro país y que sus tardes se llenarían de risas compartidas en la cocina. El universo les había unido en un caprichoso juego donde su único mérito había sido dejarse llevar.

Sablés de hijos

La receta de hoy es sencilla e ideal para esos momentos mágicos que nos gusta compartir sin prisas, disfrutando del tiempo y de la compañía: unos sablés de hijos secos. No es mía, sino de Christophe Felder y su libro Pastelería que os animo a comprar sí o sí.

Aprovecho para informaros que la semana no me será posible publicar por razones laborales.

Galletas sablés de higos secos

Ingredientes para la masa sablée:

150 g de harina floja
1 pizca de levadura química
75 g de azúcar blanco
1/4 de piel de naranja rallada
75 g de mantequilla pomada (blanda)
1 huevo
1 cucharada de agua

En la superficie de trabajo vertemos la harina, la levadura, el azúcar, la ralladura de naranja y la mantequilla y mezclamos con las manos, frotando las palmas para quitarnos la masa hasta obtener una masa arenosa. Hacemos un volcán sobre la mesa de trabajo y vertemos el huevo en el centro y el agua. Amasamos sin trabajar en exceso hasta obtener una masa homogénea. Envolvemos con film y dejamos reposar en la nevera una hora.

Esta masa se puede congelar y es ideal para hacer tartaletas. También la podemos preparar el día anterior y reservarla en la nevera.

Una vez fría, con un rodillo la ablandamos un poco y la extendemos sobre la mesa de trabajo que habremos espolvoreado con harina. Tenemos que conseguir una base más o menos rectangular de 3mm de espesor. Con la ayuda del rodillo (enrollándola) la disponemos sobre un papel de hornear o un silpad. Le acabamos de dar forma rectangular recortando con un cuchillo los bordes de la masa.

Ingredientes para el relleno:

200 g de higos secos
120 g de nata líquida al 30% de grasa

En un robot de cocina o un minipimer troceamos muy fino los higos secos, vertemos poco a poco la nata líquida hasta que quede una pasta homogénea. Extendemos la pasta de higos por toda la superficie de la masa sablée con la ayuda de una espátula metálica. Enrollamos la masa como si fuera un tronco de Navidad, ayudándonos del papel y apretando si es necesario al enrollarlo para que no quede muy grueso. Quitamos el papel y lo envolvemos en film. Dejamos en el congelador al menos una hora.

Precalentamos el horno a 180º.

Cortamos en rodajas de unos 5mm de espesor y horneamos unos 15 minutos.

Espero que os gusten.

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pastelera y coach emocional.

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